Hay premios y premios. Hay premios por toda una vida de trabajo y esfuerzo, hay premios conseguidos por una obra o trabajo en particular, hay premios que se consiguen porque alguien pasaba por ahí… Y hay premios que nacen del corazón y llegan al corazón. Este último tipo de premio es el que han recibido los profesores Antonio Losas, del colegio La Salle de Paterna y Miguel Pitarch, del colegio La Salle de Benicarló, junto a otros 48 profesores de diferentes colegios de toda la Comunidad Valenciana. Y este premio nace desde el corazón y llega al corazón por la metodología que se ha empleado para otorgarlos.

La Universitat Politècnica de Valencia ha premiado a cincuenta docentes de ESO, Bachillerato y Formación Profesional de colegios de toda la Comunidad Valenciana porque han conseguido despertar y mantener la pasión por aprender entre sus alumnos. Estos premios, como explicó el rector de la UPV ayer, en el acto oficial de entrega de los galardones, son un homenaje a los mejores docentes que surgen de las encuestas que han realizado entre sus alumnos de primer curso de carrera universitaria.

El rector explicaba que en esa encuesta les preguntaban a los alumnos  que quién les animó a estudiar una carrera tecnológica; y en esa misma encuesta un porcentaje altísimo de alumnos recordaba al profesor o profesora que despertó en ellos la curiosidad y el ansia por saber, por conocer, por aprender. Es a raíz de esto que surge esta preciosa iniciativa de la UPV por proponer a sus alumnos que premiaran a 50 profesores que jamás olvidarían.

El rector manifestó también que es su ilusión repetir todos los años este homenaje a los docentes de Secundaria para agradecerles el enorme trabajo que hacen para la sociedad.
Desde La Salle aplaudimos esta iniciativa y estamos totalmente convencidos de que el premio otorgado por sus antiguos alumnos a Miguel Pitarch y a Antonio Losas les ha emocionado y lo han sentido en el corazón, de la misma manera que todos sus compañeros de La Salle lo hemos sentido como propio.

Enhorabuena a los dos. No hay nada más hermoso que ver que tus alumnos no se olvidan de ti, te siguen queriendo y apreciando y que reconocen que fuiste tú quién despertó en ellos el ansia por conocer, saber y aprender.
Felicidades.

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