Un viaje compartido que sigue creciendo gracias a la ilusión, la amistad y el espíritu lasaliano.
Hay experiencias que no solo enseñan… sino que transforman. Así es nuestro Intercambio de Larga Duración con La Salle Avignon, una de esas aventuras que hacen que la escuela se convierta en hogar, el idioma en puente y los kilómetros en un detalle pequeño frente a la grandeza de lo vivido.
Hace unos meses, fueron nuestros alumnos Andreu Pedro y Pablo Mondéjar quienes emprendieron el viaje a Avignon con nervios, emoción y ganas de descubrir un nuevo mundo. Volvieron con una mochila llena de recuerdos, aprendizajes y nuevas amistades que siguen vivas pese a la distancia.
Ahora ha sido nuestro turno. En La Salle Paterna hemos abierto las puertas —y el corazón— para recibir a dos alumnos franceses que estarán con nosotros hasta el 12 de diciembre. Días para convivir, para aprender juntos, para compartir clases, risas, comidas en familia, costumbres y pequeñas historias que quedarán para siempre grabadas en su paso por Paterna.
Este intercambio no es solo un proyecto lingüístico: es un camino de crecimiento personal, de encuentro entre culturas, de mirada abierta al mundo… y de una profunda vivencia lasaliana que une a dos colegios hermanos.
Ya lo vivimos el año pasado, cuando despedimos emocionados a Zulmée tras semanas intensas y llenas de vida. Este curso continuamos ese legado. Porque cada alumno que llega deja una huella. Y cada alumno que viaja vuelve un poco más grande por dentro.
En La Salle Paterna seguimos creyendo que la mejor educación es aquella que abre puertas y crea puentes. Y este intercambio es uno de nuestros puentes más bonitos.
Bienvenue chez vous.
Bienvenidos a vuestra casa.