La esgrima es un deporte que, por sus características incide en muchos aspectos formativos de la persona. Su práctica implica el desarrollo integral del practicante, incidiendo en aspectos físicos, cognitivos y actitudinales. Así, los niños y niñas que practican esgrima aprenden a enfrentarse a situaciones comprometidas que han de resolver en poco tiempo.
También, deben desarrollar una gran capacidad de concentración y atención. Todo ello a la vez que mejoran capacidades como la velocidad, la relación asistencia y la coordinación.