Desconfinamiento de los niños es una realidad por la que el Gobierno ha iniciado, pero cómo quitarles el miedo y qué podemos explicarles antes de salir a la calle.

Tras seis semanas de confinamiento, por fin, los niños menores de 14 años pueden volver a salir a la calle acompañados de sus padres.

Pero antes de que llegue ese momento tan esperado es importante saber qué hay que tener en cuenta, desde el punto de vista psicológico, para afrontar este gran paso hacia la normalidad.

  1. Es fundamental ayudarles a que se sientan seguros en la calle. “Hay que dejar claro que su salud no corre peligro, y debemos enfocar la salida como un momento de disfrute. Para ello, la madre/padre que le acompañe debe mostrar el estado de ánimo que quiera transmitir a su hijo”
  2.  “Debemos aclararles que ellos no tienen que preocuparse por la seguridad de los abuelos, porque los adultos ya se encargan de eso y toman medidas para que no ocurra. La idea es transmitirles que no es su responsabilidad pensar en la seguridad de sus abuelos o padres y que tienen que confiar en ellos”.
  3. Ser consciente del propio estado de ánimo: los niños dependen de los mayores para modular sus emociones. Por ello, es recomendable que el progenitor reflexione sobre su estado de ánimo y sobre si está preparado para salir de casa. Un padre o madre angustiado difícilmente podrá crear las condiciones para que un paseo sea agradable.
  4. Tiempo al tiempo: salir es una posibilidad, no una obligación. Niños y mayores deben darse tiempo para readaptarse de forma progresiva a la nueva realidad. Asimismo, no debemos pensar que el confinamiento puede derivar en patologías como la agorafobia o el síndrome de la cabaña. «Hay que esperar a ver qué síntomas persisten después de la desescalada del confinamiento. 
  5. La creatividad da confianza: La mente infantil puede haber diseñado una imagen del virus como un bicho enorme, por lo que hay que dedicar tiempo a encontrar explicaciones creativas para calmar a los más pequeños. Esto les ayudará a que no sientan miedo a salir de casa. Un argumento tranquilizador, es que hay muchas personas en todo el mundo, dedicadas a acabar con este virus.