Introducción

La infancia es una etapa de nuestro desarrollo en el cual, una correcta alimentación tiene un papel esencial. Durante esta etapa es cuando se van a instaurar hábitos alimentarios que se mantendrán toda la vida. 

Un estilo de vida saludable, no es difícil de conseguir ya que debemos concienciarnos que sólo tiene beneficios. 

El mantenimiento de hábitos saludables desde la infancia puede ayudar evitar muchos problemas relacionados con el estilo de vida en la edad adulta como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer o la presión arterial alta.

¿Qué es una vida saludable?

Es un conjunto de hábitos cotidianos que te ayudan a mejorar la salud. Además permiten evitar problemas de salud, con ello, ayuda a lograr una buena calidad de vida. 

Para llevar una vida más sana, debemos centrarnos en varios aspectos: 

– El ejercicio físico: beneficia la salud, hay que realizarlo de manera controlada y adecuada, teniendo en cuenta la edad, altura y peso.

– Descanso: un buen descanso, es igual de importante que la práctica de actividades. Las horas del sueño pueden variar en función de la edad. Los más pequeños, necesitan entre 10 y 12 horas. La duración del sueño, va disminuyendo de forma progresiva desde la niñez hasta la adolescencia. Durante este periodo, necesitan entre 8 y 9 horas.

La dieta

La cantidad de alimentos que debemos tomar, varía en función de la edad, peso, hora en la que nos encontremos y las actividades que realicemos a lo largo del día. 

– Es importante que la familia se reúna para comer juntos. Estos ratos, nos permiten hablar, compartir impresiones…

– Entre el desayuno y la media mañanase debe consumir un lácteo (leche, yogur o queso) algún alimento feculento (pan, tostadas o cereales), acompañado -o no- por algún alimento proteico, y una fruta. 

– Evitar la bollería industrial y chucherías.

– Evitar el excesivo consumo de sal y azúcar:Debemos conocer qué alimentos y bebidas contienen sal o azúcar ocultos ayudándonos del etiquetado nutricional. El exceso de sal o de sodio, así como el exceso de azúcar refinado, no es saludable.

– Una cena equilibrada y ligeradebería contener verduras crudas o cocinadas, alimentos proteicos magros (carne, pescado o huevos) y una cantidad moderada de alimentos feculentos (pan, pasta, cereales y legumbres).

– Beber entre 1,5 y 2 litros de agua

Consejos: 

– Crear rutinas: baño, cena, cepillado de dientes. Es muy importante que se establezca la misma hora para levantarse y acostarse.

–  Evitar distracciones: no tener televisiones, dispositivos móviles o videojuegos.

– Es importante que a medida que crecen no se acostumbren a dormir con los padres.