Una reflexión basada en una conferencia en webinar EBAP de un psicólogo, Roberto Esteban, que consideramos muy interesante y que nos puede ayudar para gestionar mejor este tiempo de confinamiento.
Hay que tener claro que la situación en la cual vivimos en estos momentos, no es la que estamos acostumbrados, es una situación fuera de lo que consideramos normal.
Esta situación genera en las personas estados emocionales que hemos de aprender a gestionar para mantener un ambiente familiar con buenas relaciones.
Realmente es la gestión de las emociones lo que necesitamos para tener un buen estado personal y familiar.
Para ello hemos de definir cómo nos sentimos en esta nueva situación: las emociones que experimentamos ante lo que nos está pasando.
Hay que partir de la premisa que todas las emociones son positivas, en el sentido que nos hacen actuar, hacen que nos pongamos en marcha. Lo importante es saber gestionarlas para que sean útiles.
Para gestionar las emociones hay que intentar reducir el estado de ánimo negativo y fortalecer el estado de ánimo positivo.
1.- Reducción del estado de ánimo negativo:
¿Qué implica? Si por ejemplo estoy experimentando una emoción negativa como miedo, ansiedad, ira… He de ser consciente que tengo una señal de alarma ante la cual he de actuar:
- Aceptando esas emociones (observarlas, intentar comprender qué las ha generado, no rechazarlas, aceptarlas)
- Escuchando y actuando (esa emoción ¿me avisa de algo? ¿de qué me avisa? Y he de actuar en consecuencia.
- Compartiendo las emociones, hablando de ellas, buscando apoyo… es importante poder verbalizar las emociones a las personas que conviven con nosotros, encontrar el momento adecuado, tranquilo (por ejemplo, durante la comida, cena..) nadie se enfadará con nosotros por expresar como nos sentimos, ya que no estamos atacando a nadie y seguro que nos hará sentir mucho mejor.
- Interactuar Hablar con mis emociones (dejar que las emociones entren en nuestro cuerpo sin que nos paralicen, continuar activo en la vida con esa nueva emoción, forma parte de mi, de mi aprendizaje y no me ha de molestar, ha de tener su espacio…)
- Evitando la sobreinformación y la desinformación. Mira las noticias en Internet en lugar de verlas en la tele, mantén alejados a tus hijos de la saturación informativa (o algo así).
Es decir, si siento miedo o tristeza o ira… no he de luchar contra ello he de reflexionar y actuar ante ese sentimiento porque me voy a recomponer mejor, antes y además reduciré mi sufrimiento.
2.- Fortalecer el estado de ánimo positivo:
¿Cómo? Teniendo en cuenta diferentes aspectos:
- Incrementar las emociones positivas, porque estas liberan hormonas que hacen que se prolongue en el tiempo el estado positivo.
- Estar activos: hay que hacer cosas y no esperar a tener ganas o a estar motivados para hacer algo. Normalmente cuando nos sentimos bien es porque estamos activos y cuando nos sentimos mal porque no estamos haciendo nada o es algo que hemos de modificar, por lo tanto hay que intentar evitar quedarse paralizado o desocupados (escucha música, mira por la ventana, ojea un libro, date una ducha…)
- Cumplir con nuestras responsabilidades. Cumplir las normas de confinamiento quedándose en casa, mantener un horario de rutinas básicas (horas de comer, dormir, estar en familia), mantener la higiene personal, trabajar en o desde casa si puedo… Todo ello implica un mayor control de la situación y reduce la sensación de impotencia y de vulnerabilidad
- Realizar ejercicio físico: genera mejoras físicas y psicológicas; serotonina, dopamina, adrenalina y endorfinas, previene del deterioro óseo y muscular, genera defensas, oxigena la sangre y si es posible, realizar esta actividad con algún o algunos miembros de la familia, con el objetivo de compartir un momento lúdico y agradable.
- Meditación, hara, mindfulnes, relajación… Nos ayuda a gestionar las emociones ya que nos permite estar más preparados para la aceptación y paciencia, nos proporciona beneficios físicos, nos reduce el estrés, ansiedad y/ o depresión que puede generar la situación. Aunque sea la primera vez que experimentemos con estas actividades, vale la pena probarlo. Puede que nos llevemos una grata sorpresa del resultado.
- Intentar continuar con la vida social, destinar una parte del día a realizar con actividades en grupo, compartiendo momentos ya sea con las personas con las cuales convivimos como con nuestros seres queridos a través de video conferencias, llamadas, mensajes… Compartir momentos: juegos, comidas, cenas, tareas del hogar, deberes, trabajo… Jugar con mis hijos, tener momentos para ello, momentos para ayudarlos con los deberes, momentos de conversación durante las comidas. (Como hacen otras personas: recetas de cocina, determinados consejos de limpieza, recomendaciones de utensilios, de series o películas o de libros que nos podrían interesar. Formaciones o cursos interesantes… ) Las situaciones sociales suelen implicar alegría y en ellas se genera oxitocina que es la hormona del amor.
- Hay que desarrollar el sentido del humor o de la risa. (Aprender a) relativizar los problemas, afianzar lazos personales con los seres queridos, intentar ser positivos pensando que sabemos que volveremos a la normalidad.. Todo esto libera hormonas: endorfinas, dopamina, oxitocina.
- Esta situación hace que la mayoría de las personas dispongan de mayor tiempo libre. Hay que aprovecharlo, vivir el presente disfrutando de cada día, el momento del ahora, hay que centrar nuestra atención en el que estoy haciendo ahora y disfrutarlo. Hacer planes con la familia y a nivel personal como mejorar mis competencias personales, formarse…
- Disfrutar de las personas con las cuales convivimos: hijos, pareja, compañeros… Aprovechar para conocernos, a jugar, a compartir momentos, escuchar, conversar, enseñar a gestionar emociones, a mantener hábitos y rutinas. A los niños hay que explicarles la realidad, sin mentiras y sin ser alarmistas. Hemos de pensar en las palabras que empleamos estén adaptadas a su edad, a su nivel de maduración intelectual, a su nivel de comprensión…
- Hay que aprovechar para reflexionar sobre nuestros valores personales en las relaciones: mantener conversaciones pendientes, expresar sentimientos, hablar, agradecer, perdonar y pedir perdón, retomar relaciones…
En los momentos de confinamiento al igual que recomendamos hacer cosas en común y compartir actividades también son necesarios los momentos de soledad para poder reflexionar, sobre tus emociones, sobre las actividades que te planteas realizar, retomar hobbies que te gustaban y has dejado de realizar… Vendría a ser un tiempo para reestructurar tu mente.
Recomendaciones: hacer un diario sobre nuestro confinamiento sobre lo qué hacemos, qué sentimientos experimentamos, las relaciones que mantenemos, qué echamos de menos… Puede ser un diario escrito puede ser grabaciones, puede ser dibujos… Todo aquello que nos ayude a plasmar nuestras emociones y actuaciones; y que nos ayude o fomente las expresiones y comunicaciones.
Conclusión: Podemos, somos capaces de mejorar nuestro estado de ánimo durante el confinamiento y en este artículo ofrecemos unas pautas generales para que lo intentéis hacer de una forma natural, en vuestro día a día. Si no son suficientes, no dudéis en pedir ayuda. Hay muchos profesionales que están ayudando tanto a padres (que son los pilares de la casa) como a niños a llevar mejor esta situación, a aprender de ella y hacer que sume. Nosotros los orientadores estamos también a vuestro servicio para poder ayudaros. Ponte en contacto con el orientador/a de tu centro por email si lo necesitas. #TodoSaldráBien.