Black friday, cyber monday, low cost, outlet… Nuestro diccionario de las compras se ha inundado de términos con una característica común: el consumo irresponsable, irreflexivo, compulsivo. Detrás de él encontramos situaciones de explotación laboral y vulneración de derechos en países empobrecidos, pero también en nuestro propio entorno.
Nuestros hábitos de consumo, tendentes a obtener cada vez más productos a un menor precio, tal como promueven iniciativas como el Black Friday, conllevan efectos negativos sobre las condiciones de vida de millones de personas, pero también para los ecosistemas naturales: su degradación nos afecta ahora y reducirá las posibilidades de vida digna para las próximas generaciones.
Algunas consecuencias del consumismo
El sector tecnológico es uno de los más exitosos en el Black Friday. Sin embargo, la mayoría de las personas que comprarán productos el próximo viernes (o durante toda esta semana, ya que las grandes superficies ya están ampliando la oferta a la semana completa) no conocen las consecuencias que el consumismo tecnológico tiene: por ejemplo, más del 50% de la tecnología que se quiere reciclar en Estados Unidos acaba en vertederos de países del Sur, provocando problemas medioambientales y sanitarios. En Europa tampoco nos libramos: según el PNUMA, la UE destinaba ya en 2008 el 47% de sus residuos tóxicos a países de IDH bajo o muy bajo.
Además, un alto número de niños y niñas trabajan en basureros (en América Latina son al menos medio millón) para gestionar los residuos que tiramos en países enriquecidos. En África, por su parte, niños y niñas trabajan hasta 12 horas al día a cambio de un par de dólares como máximo y en condiciones infrahumanas, para extraer el coltán necesario para fabricar la batería de un smartphone.
¿Qué hacemos desde nuestra organización?
Este año, PROCLADE, PROYDE y SED participan, como en cursos anteriores, en la campaña escolar de Educación para el Desarrollo junto a otras cinco organizaciones de nuestras redes. Dicha campaña, con el lema «Consumir lo justo depende de ti», tiene como imagen una niña para la que todos los días son «black friday», porque trabaja a diario para satisfacer nuestras «necesidades» consumistas, sin tener oportunidad de acceso a educación, descanso o un futuro digno. A lo largo de todo el curso, el profesorado de alrededor de los 200 centros escolares que desarrollan esta campaña, trabajarán diferentes unidades educativas sobre el consumismo desde diferentes puntos de vista.
Desde nuestro Departamento de Estudios e Incidencia Social, PROCLADE – PROYDE – SED trabajamos diferentes aspectos en cuanto al consumo responsable, entendido como la elección de productos no solo por su calidad y precio, sino por su impacto medioambiental y social.
En nuestras organizaciones llevamos varios años dedicados, desde la educación para el desarrollo y la incidencia social, a sensibilizar sobre nuestros ritmos de consumo, teniendo presente en todo momento los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que en su meta 12 nos habla de la necesidad de generar ritmos de consumo sostenibles. También intentamos movilizar a nuestras bases para que sean ellas, a través de sus propias acciones, quienes hagan posible la transformación que deseamos. Este año estamos preparando un Encuentro Nacional de Jóvenes por el Consumo Responsable, al que están invitados a participar chicos y chicas de 3º y 4º de la ESO el próximo mes de marzo. Trabajarán a partir del arte y el encuentro en propuestas de acción por el consumo responsable que puedan desarrollarse, principalmente, en sus centros escolares.
Desde otras organizaciones de la sociedad civil preocupadas por las consecuencias de nuestro consumismo, se ha comenzado también a trabajar desde hace años en la sensibilización sobre las implicaciones de días como el Black Friday.
El cambio en nuestros patrones de consumo empieza por ti. ¿Te atreves a darle color a la vida de miles de niños y niñas en el mundo?